Una señal en el cielo
Uno de los símbolos más difundidos en la iconografía cristiana primitiva, el cristograma o Chi-Rho, parece haber sido inventado por el emperador Constantino y utilizado por él como un signo de su poder militar.
Según el historiador Lactancio, antes de la batalla del Puente Milvio, el emperador soñó que le habían ordenado dibujar un “símbolo divino divino” (coeleste signum dei) en los escudos de su ejército.
Eusebio, obispo de Cesarea, dio dos relatos diferentes de los hechos.
En su Historia de la Iglesia, escrita poco después de la batalla, Eusebio atribuye la victoria de Constantino a la protección divina pero no menciona ningún sueño.
En su Vida de Constantino, escrita después de la muerte de Constantino (V.C. I, 28.2), Constantino y todo su ejército vieron mucho antes de la batalla una cruz de luz impuesta sobre el sol, y el mensaje en griego ἐν τούτῳ νίκα (con este signo vencerás). Esa noche, Cristo se le apareció al emperador romano en un sueño y le dijo que hiciera una réplica de la señal que había visto en el cielo, que lo defendería en la batalla.
La adopción del cristograma por parte de Constantino resultó ser un brillante golpe de propaganda religiosa.
El Chi-Rho consta de dos grandes letras superpuestas, la “X” y la “P”, que corresponden, respectivamente, a la letra griega “χ” (“chi”, que se lee “kh”, aspirada) y “ρ”(“rho”, que se lee “r”). Estas dos letras son las iniciales de la palabra “Χριστός” (Khristòs), el apelativo de Jesús, que en griego significa “ungido” y traduce el hebreo “mesías”.
A los lados de estas dos letras suelen haber otras dos: una “α” y una “ω”, alfa y omega, primera y última letra del alfabeto griego, utilizadas como símbolo del principio y el final, en referencia a versículos del Libro del Apocalipsis.
El Chi-Rho constituirá uno de los motivos más usados por la iconografía cristiana durante la Antigüedad tardía y, al menos durante el siglo IV, se asocia también a la figura del emperador y a sus descendientes.
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